jueves, 29 de agosto de 2013

Amado Nervo


Nació en Tepic Nayarit un 27 de agosto de 1870. En su estado natal se celebra su nacimiento, con una festividad.

Poeta, novelista, cuentista, narrador, cronista, ensayista. Resultaría imposible referirse a toda la producción literaria de Amado Nervo.

Se le considera erróneamente sólo poeta a pesar de que cultivó ampliamente todos los géneros. Las características de su poesía por los estudiosos de la literatura mexicana son: sutil, mística, elegante, cadenciosa, sobria, preciosista, interrogadora, particularmente, doliente, plena, tierna, efusiva, amorosa.

Mística (1898) Perlas Negras (1898) La Hermana Agua (1901) Poemas (1901), El Éxodo y las Flores del Camino (1902), Cantos Escolares (1903) Los Jardines Interiores (1905) En voz baja (1909) Serenidad (1914) Elevación (1917) El Estanque De Los Lotos (1919).

La Amada Inmóvil (1920) que fue prácticamente dedicado a su esposa Ana Cecilia Luisa Daillez, que muere de una penosa y larga enfermedad que abate profundamente al poeta.

Podemos mencionar también que la poesía de Nervo llegó a todo el mundo, fue escrita a fines del Siglo XIX y en las primeras décadas del Siglo XX. Durante prolongados lustros sus poemas fueron memorizados por los lectores, inoculados de rimas consonantes por los recitadores en tertulias y fiestas, en la actualidad viejos y jóvenes declaman su Garrik, Su vida, Estamos en paz, Su “Pasó con su madre que rara belleza”, su Kempis y varios de sus versos “Gratia Plena”.

Nervo trató no de ser un intelectual encerrado en una torre, sino que se acercó generosamente al lector para conmoverlo.
Amigo del nicaragüense Rubén Darío, inicia sus estudios de bachiller en el Seminario de Zamora, Mich. Pasan penurias económicas, por ser como hermanos inician también sus primeras colaboraciones en diferentes periódicos, por mencionar el Correo de la Tarde y Revista Azul, mas adelante inician también el género romántico y posteriormente el modernista, al igual que Federico Gamboa, Alfonso Reyes, José Gorostiza, Jaime García, Hugo Gutiérrez Vega y otros tantos ocupó cargos diplomáticos en el extranjero. Ahí escribió gran parte de su obra poética. Como diplomático sufrió penuria, se encontraba sin forma de sustento expuesto. Unos artistas solicitaron ayuda para él, cosa que declinó amablemente el poeta y en 1918 por las luchas fratricidas que había en México había determinado el cese del servicio exterior de él; es repuesto por el Presidente Carranza

El domingo 25 de mayo de 1919 los diarios de la Ciudad de México El Universal en primera plana: Nervo, el gran poeta mexicano ha muerto ayer en Montevideo, la hermosa capital uruguaya.

Todos lo querían y todos lo amaban por el penetrante encanto de su poesía.

Nervo había rechazado una pensión de siete mil quinientas coronas, ofrecidas por las cortes españolas para atenuar su estrechez económica (Aun cuando mi situación pecuniaria es sobrado modesta, yo, como Azorín, soy un “pequeño filósofo” y los pequeños filósofos vivimos con muy poco y hasta tenemos cierto amor a la “austeridad”, lo que no sienta mal, por lo demás, a un poeta místico) Nervo en una de sus autobiografías traza a grandes rasgos la tragedia de una generación obligada a ganarse la vida en el periodismo.

En Uruguay su muerte causó conmoción; incluso el comercio cerró sus puertas, cuando el poeta fue embalsamado y trasladado con pompa y solemnidad. Se tomó al rostro del llorado bardo, una mascarilla que momentos después de su fallecimiento fue secada.

El Senado de la República enlutó su tribuna durante tres días.

Ni a héroes ni a rey alguno, menos a un poeta se le habían hecho nunca honores funerales, durante seis meses, tiempo que duró el traslado de sus restos a la capital mexicana le rindieron a su paso los pueblos de América. La prensa de las 21 repúblicas, durante seis meses, reprodujo con frecuencia, artículos laudatorios, versos de homenaje, noticias de los funerales, crónicas de veladas literarias en su honor. Los escritores, los poetas, las voces femeninas de América _Juana de Ibarborou, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, unieron su palabra y su voz. Los libreros agotaron las ediciones de sus libros. Millones de labios repitieron su nombre y sus versos.

Amado Nervo fue enterrado es sepultado en México en la Rotonda de los hombres ilustres. Me gustaría concluir esa celebre elegía “En paz” dónde él hablaba de muy cerca de mi ocaso yo te bendigo vida y rendía cuentas a Dios se su satisfactoria existencia:

¡Vida nada me debes, vida estamos en paz!

 

Sensualidad

 
Amo cuerpo, alma, suspiros.
Atisbo figura sensual,
réplica exangüe de carne
rostro vital, alerta,
estrella avivada.
Convergen inteligencia, arte
en horas sin luz.
A un lado inhibiciones,
inquirimos perfección…sexo.
Juventud desnuda
depositaria de secretos.
Deseo, humedad…amenaza.
Nótese oscuridad, esparcidos cabellos.
Manos extendidas a los flancos
rasgadas por uñas,
belleza frágil entrega el alma.
Embriaguez de caricias
uno y otro reconocidos
mar de pasión, arranca lamentos.
Halagos en escondrijos,
miedo en senos, vientre
lo innombrable y lo oscuro.
Mas allá…
lasitud, calmada sed…
palabras al oído.


A Vesla

Hay tantas mujeres
no las borra la desmesura,
soportan todo embate, sin saber nada
tienen exceso de lenguaje,
esa luz que opaca todo
pero no el peso de su palabra.
La mascara cubre rostro
de engaños y apariencias, mujer altiva,
que nadie quiere; aparenta ser generosa,
no ha hecho nada que gravite
para ser recordada.
Tienes alma como todas,
lejana o cercana al cielo.
¿Has hecho algo para merecerlo?
¿O los actos del ser humano no merecen tanto?
¿Seguirás siendo la que disgregue, la que pise,
la que espera llegar a la cima?
Musa remisa, de un bardo.
Piensa, no siempre la hortensia pálida
se une al laurel verde.
Muy pocos lo han ceñido
en la cabeza históricamente.
¿Alguna mujer Sibila, podrá obtenerla?
Mientras siga adorando ídolos de barro
formados en tu mente.
Mi labio irritado y mi corazón de Anteo
te dedica estos versos:
La vida es fuente, pasa, a veces somos
insolventes de paciencia e inteligencia
la voz ¡no!, no nos será negada.
Debemos apreciar el cielo, constelaciones,
viento, lluvia, greda y desdicha.
Hay gente que trascenderá porque
han pisado fuerte sin darse cuenta.
Habremos otros, que dormitaremos
entre la llama del sueño, del olvido,
sin afanarnos tanto.
Por mencionar algunas
Catalina Eslava monja premiada en el Siglo XVI
Antes que Sor Juana.
Beatriz, Comtessa de Día.
Celebre poetisa provenzal (h.1160-h. 1240)
Elisabeth Browning Barrett
poetisa británica, gran sonetista
 
 


sábado, 10 de agosto de 2013

Fotografía





Felicidades Maestra Martha Elsa.

Las imágenes que avivan el recuerdo expresan actitudes suyas espontáneas, sonrisas descuidadas, emociones salvadas del olvido; entre hojas de papel cobran vida.

Los retratos colgados aprisionan el instante.

Instantes de más amor vividos con amigos, compañeros, hermanos y familia.

Ojos dormidos con la verdad inmutable de la apariencia inmarcesible del recuerdo.

Atesorada memoria, imagen constelada del presente.

Fuego deslumbrante… recuerdo latente de ilesos hilos de tiempo cayendo en nuestra memoria, formando cumbres; crepúsculos en su mirar.

Con su palabra escrita y su voz fecunda motiva nuestras conciencias.

Aún podemos ver estrellas.

 
Llovieron niqueles, estaños,
estrellas titilantes sueños escondían.
Alguien abrió la ventana con asombro.
En la niñez podíamos ver estrellas
con ojos cerrados decía el poeta.
Hoy cruzamos valles
de esperanza muerta.
Asombrado al saberme
solo nuevamente,
envidio tu falta de cansancio.
Ni desilusión,
ni cruel catástrofe,
extraño tu piel… tocarte.
Encuentro surcos,
huellas, que el tiempo deja.
Mis párpados dormitan,
el espejo refleja
menos dientes.
En determinada época
tu andar fue breve
y mi cabello rizado,
se perdió
con la brisa del tiempo.
Hay tanto quehacer de ocio…
Empieza el día
no sé que espero…
por desilusión.
Una mano
que convierta ésta acidez
en esplendor
de medio día.
 


viernes, 9 de agosto de 2013

Lo que fuimos

 
Allá donde…
La lluvia no alcanza,
ni sopla el viento,
ni deshojan los árboles hojas amarillas,
ni existe dolor; ni sufrimiento.
Allá donde…
Se perdona,
el limo no se siente,
no pasan los Siglos,
se siente tímida caricia de arena.
Allá donde…
la ventana es luz de olvido,
sin pájaros imposibles
que sesguen el cielo.
Allá donde…
no existe mezquindad del hombre
ni iniquidad humana,
ni ignoradas palabras en libros de versos,
Ese es el problema
de mi existencia.
Allá donde…
todo sea silencio opaco,
luz tenue que alumbra el destino.
Azul de domingo sonriente
para llevar flores al sepulcro,
donde la tierra no tiembla.
Donde es solo agua,
hierba fresca, gélido rocío.
Memoria que implora un recuerdo.
¡Solo ahí quiero estar!
Donde la nada sea todo,
donde todo sea nada.
Donde seamos
lo que fuimos un día.