jueves, 27 de febrero de 2014

José Vasconcelos

 

José Vasconcelos ilustre oaxaqueño, hombre de talento y estudio, de frete alta, ojos de tristeza antigua, bigote lacio, viril, siempre inquieto y en acción. Destacado en el ámbito de la cultura del siglo XX. Fue abogado, escritor, conferencista, filósofo y periodista. Maestro de la Juventud por decisión de la Federación  de Estudiantes de Colombia.

Doctor Honoris Causa por las Universidades de: México, Puerto Rico, Chile y Guatemala. Miembro de la Real Academia de la Lengua.

Fue candidato popular a la Presidencia de la Republica. Burlado por un fraude electoral preparado, armado y realizado por el callismo, escribió los libros autobiográficos “Ulises Criollo” I y II, “La tormenta”, “El desastre”, “El Proconsulado” y “La Flama”, obras apasionadas y apasionantes  monumento a la memoria de María Antonieta Rivas Mercado.

Su vida fue la de un activista permanente en pro de las causas justas, se recibe como abogado en 1907 en la Escuela de Jurisprudencia, al mismo tiempo Preside el Ateneo de la Juventud.

En 1909 participa en el Movimiento Armado Revolucionario al lado de Francisco I. Madero. A la caída de Madero sale al exilio, al retornar a México participa en la Convención de Aguascalientes, formó parte del gobierno efímero de Eulalio Gutiérrez, en 1915 sale nuevamente al exilio.

Cuando triunfa el Movimiento de Agua Prieta, Sonora; se desempeña como Rector de la Universidad Nacional de 1920 a 1921, Secretario de Educación Pública de 1921 a julio de 1924, en la Presidencia de Álvaro Obregón. Ésta etapa fue la más brillante de su carrera política, organizó la Secretaría de Educación Pública en tres departamentos y se guió por los siguientes principios: Difusión de la cultura elemental para extinguir el analfabetismo. Difusión de la enseñanza industrial y técnica. Orientador del nacionalismo espiritual y de hispanoamericanismo.

Impulsó la Escuela Rural Mexicana. Creó las misiones culturales con improvisados maestros, fomentó en ellos el verdadero apostolado de la profesión, logrando hacer de la Escuela una transformadora social.

Tuvo diferencias políticas con la presidencia, abandonó el cargo y aceptó la candidatura para gobernador de Oaxaca, no le reconocieron el triunfo y nuevamente viaja al extranjero, visita varias Universidades de Europa y Estados Unidos, a su regreso en noviembre de 1928, para ser candidato a la Republica. En 1929 sale del país y regresa hasta 1940.

Su obra abarca diferentes temas de Filosofía e Historia. De su abundante producción destacan: Pitágoras, Una teoría del Ritmo, Movimiento intelectual mexicano, La revolución de la energía,  Quetzalcóatl, La raza cósmica.

Adentrándonos un poco en la vida sentimental de Vasconcelos,  mencionaré la historia de amor que culmina en tragedia. Vasconcelos se enamoró como todo hombre de María Antonieta Rivas Mercado.

Sin embargo Antonieta estaba enamorada de Manuel Rodríguez Lozano, quien la movió a despojarse de egoísmo, vanidad, orgullo, sensualidad, a él ofrendó cuerpo, espíritu y su vida, sin llegar a consumar ese amor. Él como muchos, sólo la trataba por conveniencia, ella era quien lo promovía, igual que a otros artistas. En el caso de Manuel el día que ella desaparece del mundo su figura se va extinguiendo hasta quedar en polvo de olvido. Le duele dejarlo, sabe que se sentirá herido o traicionado por no acompañarlo hasta el final.

Estando en París un día decide ofrecer su máximo sacrificio, toma la pistola de un baúl, la que había acompañado a Vasconcelos en la campaña electoral. Antonieta va a la Catedral de Nuestra Señora de París, la joven mexicana termina sus días dándose un balazo en el corazón, Su semblante quedó tranquilo, sin perder su dignidad. Pocas mujeres han amado y expresado su amor como lo hizo ella. Ella fue mecenas destacada dentro de la vida cultural de México. Ref. Del libro “87 cartas de amor” de Rivas Mercado Editorial UV 1980. En otra entrega abundaré en la interesante vida de ésta mujer.

A manera de colofón: Me queda la duda. ¿Habría cambiado el país si Vasconcelos hubiera sido Presidente de la Republica en aquéllos tiempos?

José María Albino Vasconcelos Calderón nació el 27 de febrero de 1882 y muere en la Ciudad de México el 30 de junio de 1959.

 

lunes, 10 de febrero de 2014

Mata Hari



Mata Hari

Mito del espionaje.

Apresada el 13 de febrero de 1917, en solo dos días que duró el proceso se le condenó a muerte y meses después fue llevada al paredón no quiso que le vendaran los ojos, enfrentó al pelotón con valentía  12 balas terminaron con su hermoso cuerpo, de ahí el mito que las autoridades negaron, pues nunca revelaron detalles de la muerte de Mata Hari o Margarita, muere a los 41 años de edad.

Pudo ser la psicosis de la guerra que padecía Francia y no la verdadera culpabilidad del espionaje.   

En 1916 conoce a un alto militar en la Haya que se desempeña como Cónsul, ahí es acentuado el enigma, afirman que se enamoró de él y que le ofreció una buena suma de dinero para que le suministrara información castrense, dada su relación con los militares galos.

Sin ser profesional del espionaje, atraída por nuevas seducciones, su defensa negó que hubiera sido una espía, ella en afán de probar su inocencia afirmó su deseo de trabajar a favor de los aliados penetrando en los proyectos de los ataques alemanes.

El nombre artístico de Margarita Zelle se convirtió en sinónimo de espionaje, por sus encantos femeninos. Hay muchas cosas oscuras  en el caso de ésta mujer que tuvo al Paris de su tiempo a sus pies y fue idolatrada  por miles de hombres, no obstante vivió rodeada de incomprensión e infelicidad.

¿Quién fue en realidad esta mujer fascinante?

¿La espía cuyo proceso duró dos días y su posterior fusilamiento apasionó a los europeos?

Margarita Gertrudis Zelle nació un 7 de agosto de 1876 en la ciudad de Leeuwarden hija de familia burguesa, en esa ciudad realizó sus primeros estudios, mas adelante se trasladó a Leiden Holanda para estudiar magisterio.

Su belleza que la caracterizó desde la niñez, acentuada por el tiempo, se convirtió en misterio, poseía, de encanto especial indescifrable, introvertida en su manera de ser, a los 19 años se desposó con un oficial del ejército holandés  de apellido Mc. Leod y fue a vivir a Java después de la boda. Vivió 7 años en la isla hasta 1902, por lo que despertó su afición por el baile, tenía muchas horas de ocio por las labores de su marido militar, Margarita se interesó en costumbres y bailes orientales, finalmente le apasionaron, compenetrándose en la vida de la mujer javanesa.

Se transformó influenciada por el mundo nuevo, distinto al burgués puritano y aburrido  de los países bajos, comenzó a usar la indumentaria típica de las isleñas y experimentó los contrastes del mundo milenario, cegado, donde nació y vivió su niñez, al exótico y sensual de la isla.

En ese contrapunto sexual y la herencia cultural estrecha con la que vivía entra en contradicciones, se divorcia del oficial Mc. Leod y se traslada a París donde puede realizar sus sueños desempeñándose como bailarina profesional en la capital francesa, imprime a sus danzas erotismo y excitación, aunada su belleza, pronto se hace popular en la ciudad luz de 1905. Se entrega de lleno a su profesión de bailarina, llamándose “Mata Hari” cuyo significado en malayo es (ojo del día)  nuevamente se transforma al nombrarse así. Al no encontrar la respuesta buscada en el público empieza a bailar desnuda, así llega a la fama, al clímax, la ondulación de las caderas y sus manos excitan al paroxismo de los espectadores, convirtiéndose en rutilante estrella. Alcanza el éxito a toda costa y tesón trabaja hasta altas horas de la noche: La expresión del rostro de la mujer leyenda se vuelve enigmático.

Brindó sus favores a la crema innata de la intelectualidad, aristocracia, diplomacia, política y altos oficiales del ejército, cortejándola con gran delicadeza, llenan su camerino de rosas.

Durante 10 años tiene romances efímeros, y vacío el corazón.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Poema nocturno

                                                     
Poema nocturno

Por, Isidoro A. Gómez Montenegro.

De la garganta de la noche

brota sed a torrentes

 dibuja espacios con astros y

música de estrellas,

ecos de voces y estatuas erguidas.

La muchedumbre se agolpa

escuchan:

“Poema nocturno”.

Choque de estrellas,

hojas de bronce caen,

desde lo alto vuelan hojas secas.

Palabras pronunciadas en oscuridad,

en sombras, cantar de esferas.

Cinético llanto de hombre;

sabe su mortalidad.

No discierne sus palabras entre la lluvia,

frío, recidiva, cataratas de niebla,

agua de abajo hacia arriba,

granos de tinta,

piedra convertida en ceniza.

Éste poema,

vestigio de poca eternidad,

hecho con fe y poca piedad,

estamos en el linde,

en el limen de vida y noche.

¿A dónde ir?

¿A quién debo acudir?

Mi escritura ya no es oscura,

es de agua; igual a mis ojos.

Cuando me marche,

con sed de terminar

ésta miserable agonía,

por no encontrarnos.

Como aquél individuo

uncido al molino,

girando todo el tiempo,

en pos de sí mismo.

Aunque vagues por calles y

suburbios extraños,

regresarás con amargura,

permanecerás siempre a ciegas,

incurable, miserable,

volverás al polvo nuevamente.

No encontrarás tu obra sobre la tierra,

aunque iluminen estrellas,

constelaciones, estaño

 la antorcha llevada por tu compañera.

¿Acaso alguien sabía de ustedes?

¡No!, no se distinguían

vuestras sombras en la oscuridad.

Agonizarán líquenes, helechos,

 el hombre concluirá:

 La música de las estrellas.

 

 

martes, 4 de febrero de 2014

José Emilio Pacheco

 
José Emilio Pacheco
“Se fue quedando dormido, se fue a su sueño, el sueño de su poesía”. Cristina Pacheco.
En abril de 2011 fuimos a Monterrey a visitar a mi suegra y a la boda de una de mis sobrinas, un fin de semana dijo el tío José Alberto, vamos a visitar parte de la historia de los regiomontanos y subimos a la camioneta, con ese fin. Yendo por Constitución, antes de subir al centro, nos pregunta si conocemos el Museo del Desierto de Saltillo, dijimos que no, entonces dice vamos. Enfilamos por la súper carretera Monterrey Saltillo y en menos de lo que canta un gallo ya estábamos ahí. Al subir por el caracol que conforma la escalera, vimos en primer plano las letras de José Emilio Pacheco: "El desierto en el fondo de un mar ausente... en vez de agua, peces. Huellas de naufragio... las dunas son montañas de un día". El breve escrito describe de manera integral el recinto.
En 2011, hicimos un taller con los mediadores de lectura del IVEC,  Lic. Rodolfo Montiel y Amairanni Montiel,  Taller Literario “Homenaje a José Emilio Pacheco”, al poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista mexicano nacido en 1939. En el taller leímos “Las batallas del desierto” 1981, trabajamos con “Irás y no volverás” 1973,  “Miro la tierra” 1986 después del terremoto del 85, en este poemario Pacheco traslada el sentir del pueblo en esa catástrofe, “El viento distante”.
 En la Revista Siempre formó la página cultural al lado de Monsiváis, no era solo compañero. También era amigo. Al Recibir el Premio Reina Sofía, recuerda que sus amigos Monsiváis y Sergio Pitol se encuentran enfermos.
Leyendo algunas de las entrevistas que ha concedido Cristina Pacheco a diversos medios me llama la atención que dice: José Emilio era claustrofóbico, no le gustaban los lugares cerrados, es probable que le incineren y que sus cenizas sean esparcidas en Veracruz, le gustaba el puerto, ojalá sea cierto y tengamos en el mar veracruzano sus cenizas que sigan inspirando a los poetas que viven en Veracruz.
La poesía se encuentra de luto, se están muriendo los poetas, los grandes Maestros, con la muerte de José Emilio Pacheco van dos, elevemos oraciones para que no siga febrero llevándoselos, ¿qué haremos sin el disfrute de la poesía, de la buena lectura?, incitemos a quienes gustan de la poesía a leer y compartir.
Lo último que platicó Cristina con él fue poco, lo encontró mal (el viernes). No le dolía el golpe que se dio en la cabeza, pero sí estaba a disgusto, incómodo. Le dio una pastilla para dolor. Le pidió una pastilla para dormir. Comieron juntos, vieron las noticias en la tele. Comentó sobre su programa. Es algo que le agradece,  porque se sentía mal y prácticamente le contó todo el programa, como si quisiera asegurarle que lo había visto.
Se quedó dormido, ella  cerca de él, en una silla, junto a su cama. Su esposa le pregunta si quiere ir al hospital a ver al doctor, y dijo que por un tonto golpe de cabeza no valía la pena molestarlo.
En la madrugada respiraba normal, pero, había algo extraño. En la mañana, tempranito, le dijo: “ya es muy tarde, no seas dormilón, porque hiciste un artículo muy bonito no voy a dejar que te duermas hasta más tarde” se refería al artículo hecho a Juan Gelman que terminó la noche del viernes y envió a la redacción de Proceso. Eso siempre lo entusiasmaba. Le llevó café, se lo puso en la boca y no reaccionó.
Cristina pensó que le había hecho mucho efecto la pastilla. Le habló fuerte, al oído, respiraba bien, no encontraba qué hacer tan temprano. Le puso perfume de agua, corriente, pero que le fascinaba. Creyó que ‘el olor lo haría reaccionar’. Lo abrazó para ver qué estaba pasando, sentir su temperatura, al tomarlo de la mano vio que estaba morada y gris. Llamó a su doctor, le dijo lo que pasaba, cuánto tiempo había dormido, y el doctor dijo: ‘no está dormido, está inconsciente’.
Dr. tiene las palmas azules, no me gusta. ‘A mí menos’, respondió el doctor, ‘llame a una ambulancia y lléveselo pero ya al hospital’. El doctor nos ayudó a encontrar a esas horas habitación, pues es muy difícil, es un servicio muy solicitado.
Dos neurocirujanos coincidieron en algo terrible, pero, esclarecedor; dijeron: ‘es tanta la hemorragia que tiene que la operación no va a resultar bien. Hay 95 por ciento de probabilidades de que quede en estado vegetativo’.
“Jamás le hubiera yo hecho a José Emilio semejante cosa, ni siquiera a cambio de tenerlo en mi casa y poder tocarle la mano. Nunca hubiera querido tenerlo convertido en un vegetal y en una persona que no pudiera hacer lo que más amaba en la vida, leer, escribir y comer.
Sus hijas y ella, estuvieron de acuerdo en que no se hiciera la operación, dejarlo tranquilo.
Se fue muriendo lentamente, en absoluta tranquilidad. Ella estuvo a un milímetro de él, rodeándolo. No hubo quejas. No había dolor. Los médicos aseguraron que no había dolor, ni angustia, era lo que más temía Cristina, que lo lastimaran. No hubo curaciones absurdas ni inútiles, no hubo medicamentos innecesarios.
“El símbolo del tiempo fue sueño, hombre de letras, no persiguió ser mito. Cubierto del tiempo, enlazado, la arena del reloj terminó”.
 

lunes, 3 de febrero de 2014

Esta Antología editada en Argentina incluye dos poemas míos. Los camparto.




Vida

 

Isidoro A. Gómez Montenegro

 

Los mejores años de mi vida

pasaron… no los comprendí.

Mi corazón,

aldea de calles infinitas,

andar con otros pasos

lo conocido se extravía.

Digresión extraña refinada,

agresión al objetivo.

Odio y amo la vida,

algún día tomaré la palabra

serán catarata de abismos

Entran por puertas y ventanas del mundo

el desplome; sima de la tarde.

Transparente sol a mis ojos sigue,

absurdas señales, grutas

terracerías, portal  y muros falsos.

Despierto sin huellas,

sin palabras, todo es uno en mí.

Ni la muerte, ni la vida

esconde un sentido.

El hombre no produce milagros ni nardos.

Todo tiene límites,

incluso la vida amorosa y la dulce ira.

Mis pasos serán ocasos eternos,

cementerio de ríos,

rito doméstico trasmisible

tratando de prolongar lo irremediable.

Aprendí a guardar silencio

sabía que era alondra de mar

ola profunda sin espuma,

lirio ambiguo, reloj sin manecillas.

La mirada fija en tierra áspera

golpea mi cuerpo.

Noche y madrugada…

La eternidad llega a tierra ciega.
 
 

Quiero

 

Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.

 

Quiero nacer sobre tu cuerpo

bañado en lágrimas de alegría.

Tu cuerpo violoncelo

canta fiestas y colinas.

Te amo con hoguera y martirio

desde tus dedos hasta tu bajo vientre.

Con sucia pasión y destino.

Quiero nacer en tus ojos

de luz trasfigurada.

En la espesura de tus selvas,

tus dunas… malvas:

 Besar tus colores,

tu sabor melodioso

con ahínco mágico.

Oasis en el azul de la noche.

Quiero sentir el latido

de tu estrella devorante

sus vaivenes y suspiros.

 ser el oído del alba

escucharme en la sima de tu vorágine.

Quiero sentir tus frutos

 en tu melodía cifrada.

 Encender tus velas

e incendiarme.

En cristales de madrugada.

Quiero nacer en tu barca y

recordar erótico

la desnudez.

Después recobrar la paz

como pájaro desmemoriado y

 nacer… en puro y absoluto amor.

 

 

 

Hipocresía


Hipocresía

La amistad; sólo se da

entre iguales.

Platón.

Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.

Existen pocas palabras impresionantes: mordaz, no me gustaría que me la dijeran en público, ni político, por llevar connotaciones negativas en la actualidad.

Hipócrita se haya más allá, con perdón de los creyentes, incluyéndome, es una postura para ganar amigos y lograr influenciar a las personas. Sin embargo Jesús la utilizó para describir a algunas autoridades influyentes de la iglesia de aquéllos días. En algunas versiones de la Biblia en siete ocasiones señala la perfección, Cristo se basó en eso en áreas muy específicas, falsos líderes, escribas, fariseos. Si hiciera una autocrítica de mi vida o un inventario moral, sería lo más honesto conmigo mismo. Sé que hay alguien a quien no puedo engañar: En primer lugar a Dios, en segundo a mi conciencia. Podemos reexaminar nuestra vida, aunque no he leído a fondo el capítulo de Mateo quiero ser cristiano genuino, no hipócrita. La palabra hipócrita proviene de Hipócrates que significa actor y de Hupocrinestal que pretende realizar una actuación. Se puede considerar una cualidad aprobada por la sociedad como sentimiento  es decir, que poseen virtudes, principios morales escasos, o creencias religiosas que en realidad no tienen.

Un hipócrita es falso, es un fraude, muestra apariencias son mostrar la realidad, pero mas allá no hay nada. Esto me preocupa por lo que me daré a la tarea de revisar el Libro de Mateo. Los hipócritas armados son apariencia de bienhechores o de justicia o que tienden un manto sobre otras personas sabiendo que lo que están afirmando es un sacrilegio porque están aprovechando la religión basados en las palabras de la despedida de Jesús, en la última oportunidad que tuvo de hablar a las multitudes en el patio del templo.

El último discurso dado por Cristo antes de ir a cruz tuvo que ver con la hipocresía y también dio los hechos en forma cronológica en los terrenos del templo. Dio entonces las señales proféticas de su regreso y fin del mundo. Parábolas para la preparación personal para su regreso, posteriormente se presenta un complot judicial para matar a Jesús. Sé que esto debió ser importante para Él y debe ser para nosotros, probablemente me condene o me  sienta como alguien  vacío al escribir esto, pero es necesario. Jesús habló de manera decidida de éste tema a sus contemporáneos, nuestro Salvador tenía lágrimas en los ojos cuando reprendía, amonestaba a un alma apartada del buen camino pero esta vez no lo hizo trató de liberar de la fe ciega a través de sus parábolas según Elena White para hablar claramente  y sacar a la luz a la gente esclavizada por un sacerdocio corrompido, en el momento de la aprensión Judas señaló con un beso al Mesías, y Él le preguntó: ¿ha que has venido amigo mío?, esto debía quedar expuesto plenamente. ¿En la actualidad seguirán o tendremos el valor de seguir siendo hipócritas?  Inclusive esto va para mí. Ahí queda la pregunta.