Sueños
de niño
Por.
Isidoro A. Gómez Montenegro.
De
niño tuve infantiles presentimientos, mucho desasosiego, premura de hacer
travesuras, luego sutil descanso, breve trecho recorrido. Ojos a los que todo
asombraba, piedras, viandantes, postes de teléfono, pájaros.
La
iglesia al final de la calle franqueada por altos pinos como soldados de plomo
custodios de la casa de mis abuelos.
De
mis labios de niño brotaban ingenuas palabras y muchas preguntas. Manos
pequeñas llenas de tierra, asoman canicas, agüitas, tréboles, yoyo, trompo y tantas cosas
que guardaba en las bolsas del pantalón corto, mis tesoros.
Y
así un día no lejano pensé en detener el tiempo, devolver los barcos a la
orilla, que el sol fuera una simple estrella, que la lluvia regresara a la nube, que la ceniza del tiempo
no tiñera mi pelo de blanco, que la primavera y sus flores se queden ahí, que
las flores volvieran a sus capullos.
Que
mi mano siempre sea tomada por la de mi madre, jugar juntos en la fuente de
azulejos de talavera donde había cinco ranas que echaban agua por la boca. Que
la misma mano me lleve al inmenso kiosco donde cabía toda una orquesta que
dirigía un maestro español, el Maestro Pegueros, al que yo imitaba con mis
cortos brazos.
Retener
el tiempo, que la tarde no pase; que yo nunca crezca, es sólo un lindo sueño, ha llegado la tarde a
mi vida, la juventud se ha ido de mi, mis ojos cansados aún siguen asombrándose
de la naturaleza, mis cabellos ya no existen. Mis hijos han hecho sus vidas.
Felizmente me he llenado de nietos Monse, ya es una señorita que pronto
cumplirá 18 años, Bryan a sus 15 años es un eterno enamorado prefiere el
facebook que estudiar, Brandon cumplirá 8 años, también Camila es una excelente
declamadora ha sido maestra de ceremonias en su Colegio. Además de ser muy
buena contando historias, sabe muchos versículos. Mi Joyce tiene 4 años ya va
al Kínder, le va al América y dice amén cuando va a misa; da la paz. Mateo
tiene 8 meses, es un inquieto bebé, el amor de la abuela y de toda la familia
Somos
devenir los seres humanos… hechos de tiempo, pulsiones y sueños, quedará este
poema que hace años escribí a mi hija, antes de que llegara Camila, Brandon y
Joyce y el nuevo bebé.
La
espera
Se revela el ciclo de la espera
serán nueve lunas exactas.
Aumentará tu vientre
llena de bostezos
mientras la roca canta.
Rueda en mi imaginación la duda…
¿Tendrá un poco de mi cara,
un poco de tu mirada?
Caerán rayos de sol sobre los árboles
las hojas se mecerán al viento.
Nueve lunas crecerá tu vientre.
Será larga la espera.
Deseo que corra el tiempo
tocar con nuestros dedos
ese vientre prominente.
Pensando siempre…
¿Se parecerá a ti,
tendrá tu cabello y
un poco de mi mirada?
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