Mujer alada
Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.
A la mujer
se le puede querer
a mitad del día;
sentada, abandonada…
pensando.
En reposo u olvido,
al caer la tarde lenitiva
convivo con su
ominosa carne.
A la mujer
también se le puede querer
cuando llega la noche,
entiendo la feminidad
del mundo;
cuando pego mi cabeza
en su regazo como madre.
Cuando es mi cómplice
tomada de mi mano
como aquél poema
apenas recordado
donde somos hermanos.
A la mujer
también se le puede querer
sexualmente.
Invento la noche…
escarceos de sueños húmedos.
Mujer, oscuridad en llamas.
Mujer paloma alada…
fruto enfebrecido.
Mujer alada de mirada de seda
de cuerpo más tuyo que mío,
resplandor en noche, cruel deseo
Mujer…
podemos inventar el mudo
cada día.
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