Cada
vez que callas
me
abruma tu silencio.
Tus
ojos gotean agua y sal
brizna
de infinito
lluvia
de fuego
cae al
anochecer.
El
carblunco del llanto,
de
vernos tan distantes,
de
extrañar tu cabello oscuro
y tu
silueta desnuda
en las
nocturnas horas.
Es
castidad aromática de ti
con
igual color.
En el
búcaro colocada la rosa
que
anteayer te regalé.
Luz
blanca, nuestra vida
canción
en consuno de soledad.
Hoy no
espero que lluevan gotas de fuego al no tenernos más.
Olvidaremos
nuestros besos
la rosa
del búcaro se habrá secado ya.
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