Miro la punta dorada de tus ojos,
bebo de tus labios
la savia de tu cuerpo.
Agoniza mi pensamiento
es deseo, pluma, caricia tormento.
Voy por la vida extrañando tu imagen;
la llevo grabada en la mente.
Sed de tenerte…
de tocar tu piel, tus manos.
Me privas del gusto infinito de poseerte.
Me dejas acongojado, sólo, sin ti.
Recorro caminos conocidos,
el mismo
rumbo,
espero volver al pasado.
Hallar nuestro destino…
recibir tu tibia caricia
sin saudades, ni agravios;
calmando mi sed de tenerte.
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