M aría como la madre de nuestro redentor. Rey de Reyes.
A nte tu mirada cuidadosa fui creciendo, protegido de las asechanzas
de la vida.
R ío de plata que refleja tu imagen, algas marinas azules como el
agua, en tu redonda y tibia matriz de líquido de jade
fui creciendo.
I mberbe me desarrollaba entre sueños y bostezos mientras tu vientre
crecía.
A morosa entonaste bellos cantos al dormirme, en tu regazo escuché tu
voz.
D e tus falanges inexpertas, tuviste suave caricia, el tiempo pasa
incesante, fuiste la luz que me guiaba
para soportar los embates de la vida.
E n intenso recorrido de espera y lleno de secretos me descubriste
los misterios de la vida.
L uz, llama fuego encendido serás mientras existas.
A nte ti de hinojos estoy.
L uminosa estrella, lumias mi
camino.
U n inmenso aliciente para perseguir haciendo camino, hoy que friso
los 58 años pido perdón por no concretar tus esperanzas puestas en mi.
Z ona sagrada, feraz surco germinado de espigas doradas que solo el
tiempo doblará, gracias por ser el conducto para que yo esté aquí.
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