Hoy los andadores de Jacarandas
se pintan con lluvia,
cada rama se mueve con el viento.
La carretera transismica se ha vuelto intransitable
por momentos cae agua torrencial.
Los vehículos tocan el claxon
como maullido de gato.
Barro, fango, lodo, hoyancos y baches
temo; no llegar a mi destino.
Imágenes de transeúntes se vuelven líquidas.
Plumas de pájaros mojadas,
no trinan ni
triscan,
coagulárseles la sangre por tanta humedad.
Estos meses
ha habido varios accidentes automovilísticos.
Ordenados, amables, probos agentes de transito,
cumplen su jornada…
Camino, el viento seca mi dolorido cuerpo.
El automóvil se atasca,
carecemos de fuerzas para empujar
mi esposa y yo,
las llantas llenas de arena, grava.
Caterpillar, trascabos, volteos paran su trabajo,
las lluvias han ganado la partida.
Me recuerdan mi infancia,
alguien pasa, con dificultad me saluda,
no lo distingo, los lentes están empañados
y la ropa mojada.
Así inició la mañana,
a los que vivimos en las inmediaciones
de Cosoleacaque y Mina.
Rumor de
viento,
la lluvia vuelve a pintar las aceras,
nuevo fragor anuncia época de lluvia.
El cielo se vuelve azul
y el animus para mí.
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