viernes, 27 de febrero de 2015

Anunciación


Al recuerdo de mi madre

16-II-1929 – 18-II-2015

Anunciación

 

Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.

 

El olvido dormita desmemoriado,

el aura alumbra su piel.

Sin amparo del tiempo,

ingente violencia

muerde los días de febrero,

borra el habla.

Miramos al cielo…

No me siento santo, demoré la ayuda

poca o suficiente.

Vuelve el silencio sin prisa,

hastío libre de heroísmo, efímero;

aprendo de la vida.

Prístino abismo…

me refugio en el destino.

No puedo acariciar  tu cabello…

nadie conoce el secreto de mi corazón.

¡No lo han visto!

¿Lograré liberar la mea culpa?

Dulce velo resplandece,

la nube resbala en sombra.

Lago mudo,

el calor oculta la clemencia

ala del mundo olvidado.

No puedes estar eternamente…

Ángel errabundo, inquieto,

ausente de voz.

El cielo te llama al frescor azul,

disgregado me guarece,

nos guarece violenta visión de albura;

cielo hipnótico de estrellas.

Arrullos y recuerdos de infancia,

blanca voz;

mudo e inexplicable amor

deja descubierto el tiempo,

solitaria mi estela.

Paz remota de sentirme bueno, puro.

La mano de Dios ha de permitir

con urgencia; indestramable gesto.

Nada limpia el desaliento… el alma.

Regreso a casa… irrevocable ternura,

luz de aurora, palpito de mariposa,

rostro del amor, eco de voz de abedul.

Me enseñaste a amar la vida desde

tu vientre, madre,

el mundo tu nombre avala.

Tu regazo acogió la línea vertical,

trascendente advocación  de ungir

al que estraga.

¡Hermosa contrición!

 

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