jueves, 9 de julio de 2015

La libre información


La libre información

 

Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.

 

Ataque a periodistas en Latinoamérica, se agrede de manera violenta a quienes defienden de forma valerosa la libertad de informar, luchan contra la censura y protegen a quienes ejercen el periodismo en cualquiera de sus facetas.

Existen organizaciones criminales infiltradas en la sociedad, centros de poder dentro de las administraciones, en 2010 se cuantificaban 87 periodistas mexicanos asesinados, 14 en el exilio, 12 desplazados, 20 desaparecidos; se lee rápido, fácil, pero, son producto de la lenta transición a la democracia y del prolongado pacto de impunidad, prevalece en altas esferas del poder.

La transición provocó olas de violencia, caos, inseguridad, señalando a México por encima de Irak, como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

Políticos y empresarios lo saben, como lo sabemos la mayoría de los ciudadanos, pero, nadie hace nada.

Los periodistas, los verdaderos, son los únicos que lloran a sus muertos, sienten la lejanía de los exiliados y acompañan en su búsqueda las voces acalladas de los desaparecidos, entienden el temor de los amenazados.

Atentar contra la libertad de expresión e información es atentar contra la libertad de pensar y decidir, derecho del que políticos y consorcios mediáticos, en gran medida, han logrado privar a los mexicanos. A través del desgarre del tejido social y su desorganización de silenciar las voces de los que les incomodan e intimidar a quienes manifiestan la verdad.

El hecho de que no se ha llegado a la democracia, ha sido por factores de poder, no se replanteó apropiadamente el sistema de medios de comunicación,  se abrieron los medios a la competencia política, se apostó a los mecanismos institucionales, para un régimen de partidos, se hizo poco para rediseñar otros poderes existentes.

En la transición que se tuvo, se apostó por una parte, no se realizaron tareas requeridas, de ahí el enorme colapso existente.

Dando saltos en esa dolorosa transición, se ha observado el poder económico del gobierno, estatal y  federal, tristemente en este país hay verdadera industria de chantaje mediático, de intercambio de valores a cambio de dinero público y prebendas.

Remitirse al presupuesto de estados de la República, si la clase política, los empresarios, no rinden cuentas del gasto destinado a medios de comunicación, entonces seguimos en una gran simulación, utilización que daña seriamente la  tarea de los medios y los derechos de los ciudadanos.

Desconozco la manera inspiracional en que el gobierno en términos operativos ha logrado acallar comunicadores, optando por no mostrar a las bandas delictivas  y sus actividades, lo que sí se sabe, es que cada fase de la alternancia, tiene momentos de ganar espacios de libertad de expresión por evolución propia de la sociedad, va abriendo canales de comunicación y evita se trastoque la precepción de la realidad.

Va en esta entrega mi reconocimiento a Carmen Aristegui, Elena Lozano G, Anabel Hernández, Marcela Turati, Diego Osorno, los caricaturistas Rafael Barajas, El fisgón, Luis Rius, Boligán, Naranjo, Patricio Hernández, Rafael Pineda Rapé, por contar hechos relevantes, por su acertado periodismo, por los efectos causados  por sus libros, crónicas serias, libres, por escribir sobre los seres humanos y comprometer su vida y la de sus familias, por informar lo que acontece y se logre formar una opinión publica bien consolidada y a todos aquellos que defienden con celo el derecho a la libertad de expresión, estaremos protegiendo la existencia de una Nación fuerte, diversa, tolerante, pero sobre todo democrática, este es el principio de la tolerancia, no todos pensamos igual, esa es la piedra angular de la tolerancia, sin tolerancia no puede haber democracia.

Me respaldo en  la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y quien la presida, en la  Federación de Periodistas Latinoamericanos por México y a nuestra Carta Magna, en sus apartados consagrados en el Art. 6to, parte dogmática de las garantías individuales, así como de no revelar las fuentes de donde salieron estos datos, ni incurrir en delitos de difamación o calumnias, conozco mis derechos. Es cuánto.

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