Arrojé mi voz
a escanciada copa
de silencio.
Temeroso del milagro…
angustia en quietud salobre.
Tu intensa honda fría,
abismo de tristeza.
Acechando como ave de presa
la vida me dio…
el minuto, la clave.
La
sombra
se encontraba adormecida
bajo silencio.
Buscarás en vano la sombra
que
alargaba
y expandía mi cuerpo,
la ruptura del hechizo.
Mi grito.
Mi canción.
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