Nobilidat solo vitus,
solo la virtud ennoblece.
Debemos conocer la virtud y donde
anida, no hace mucho alguien finalizó un artículo con una anécdota que nuestro
tío Oscar Ángeles motivador y sensibilizador de maestros, inicia sus pláticas;
pertenece a la vox populli. En un lugar lejano había un anciano sabio y ciego,
cierta vez unos niños quisieron poner a prueba su sabiduría. Dijeron:
mostrémosle al anciano un pájaro entre las manos para que adivine si está muerto
o vivo, si dice que está muerto lo dejaremos volar y si dice que está vivo lo
mataremos, al presentarse frente al anciano y hacerle pregunta el anciano
contestó: el destino del ave, está en sus manos.
La otra anécdota de la virtud se
refiere a Moliere el dramaturgo, en cada una de sus obras criticaba
satíricamente las costumbres burguesas, a los amargados, envidiosos, a los
médicos ignorantes y hasta la iglesia del Siglo XVII a quienes denuncia en
Tartufo, no le permitieron ser enterrado según el ritual católico he ahí la
anécdota: Cierta vez, Moliere caminaba por las calles de Francia de Luis XIV
ampliamente conocido, un indigente le pidió limosna y el dramaturgo le obsequió
15 Luises, el indigente corrió para
alcanzarlo y devolverle la cantidad a lo que Moliere sorprendido gritó a la muchedumbre:
Venid, venid, aquí ha anidado la virtud.
Y la última enseñanza de la virtud
un poco larga, es la que se llama el hijo ilegítimo de R. Tagore la historia en
cuestión a groso modo trata de un niño que va a visitar al Maestro Gautama para
que lo convierta en Bramin, llevándole flores y frutas como presentes para que
lo pueda guiar a la verdad, el maestro le preguntó al niño de que casta venía,
pues esa era la condición para aspirar a la verdad, Styacama se despidió sin saber que responder y regresó a su casa
cuestionando a su madre, ella le contestó que había tenido muchos amos, pero
que él había venido a sus brazos sin tener esposo, al día siguiente temprano
Styacama se presentó al Maestro y haciéndole una reverencia le dijo que no
pertenecía a ninguna casta, por no tener padre, ni marido su mamá, muchos
alumnos se burlaron de la insolencia de la madre y del niño que quería ser Bramin,
pero, Gautama se levantó lo atrajo hacia su pecho y le dijo: Tú eres el mejor
de los Bramines, porque posees la esencia de la Verdad.
Para concluir esta entrega: Sólo es
virtuoso quien lleva a Dios en su corazón y no lo manifiesta.
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