Como diáspora
se retira la gente,
poco a poco
vamos quedando tú y yo;
el camino se agosta
nadie lo siente…
Todos quieren irse
desconocen porqué,
mi pecho sabio
presiente…
Desde una caricia
hasta un siniestro
infortunio.
El cierzo de la noche
viene, arrasa, vence…
Ven… sostengámonos y
escuchemos el trino,
el canto
infinito de palabras.
Sin precipitarnos
caminemos…
sin claudicar.
La señera orilla
no está lejos,
ahí está nuestro amor,
seguro estoy
la alcanzaremos
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