lunes, 15 de julio de 2013

A mi madre



M aría como la madre de nuestro redentor.  Rey de Reyes.
A nte tu mirada cuidadosa fui creciendo, protegido de las asechanzas de la vida.
R ío de plata que refleja tu imagen, algas marinas azules como el agua, en tu             redonda y tibia matriz de líquido de jade fui creciendo.
I mberbe me desarrollaba entre sueños y bostezos mientras tu vientre crecía.
A morosa entonaste bellos cantos al dormirme, en tu regazo escuché tu voz.
 
D e tus falanges inexpertas, tuviste suave caricia, el tiempo pasa incesante, fuiste  la luz que me guiaba para soportar los embates de la vida.
E n intenso recorrido de espera y lleno de secretos me descubriste los misterios de la vida.
 
L uz, llama fuego encendido serás mientras existas.
A nte ti de hinojos estoy.
 
L uminosa estrella,  lumias mi camino.
U n inmenso aliciente para perseguir haciendo camino, hoy que friso los 58 años pido perdón por no concretar tus esperanzas puestas en mi.
Z ona sagrada, feraz surco germinado de espigas doradas que solo el tiempo doblará, gracias por ser el conducto para que yo esté aquí.
 


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