lunes, 8 de julio de 2013

Gran poema


Libros unitarios, obras;

espejo de armonía.

Me incumbe el testimonio, el momento.

Pasa la palabra…

dicta el fluir del tiempo develado.

La poesía es a diario,

no proyecto ni medida.

Manifiesto: Somos poetas de transición.

La poesía no permanece inmóvil,

ara en el mar ; se esculpe en agua.

Si leo mis poemas en público

le quito sentido a la poesía.

Quiero que mis palabras sean tu voz un día.

La tinta escribe a ciegas; la vida no discute.

Ahora arde el crespúsculo,

apaga el volcán de fuego;

musgo de la montaña

población de gaviotas.

Miro a otros, los traduzco,

en el espacio me desdoblo,

la caligrafía muestra mis rasgos

mi verdadero rostro.

Describe un momento tan sólo

el que habita dentro de mí, por las noches.

Dama en actitud complaciente, piernas eternas.

Cerca la mancebía:

lugar donde dejé la promesa

de mis días.

Lista de grandes caminos… susurros, lápida inexistente;

la memoria parecerá rosa vestida de colores.

Línea, mujer, silencio: desafío, sufrimiento.

Las palabras, sirven para escapar del mutismo.

Brisa cálida de tarde fría

venera al hombre pervertido.

Reverencia en el árbol el dulce romántico que ha perdido.

Extasiado, carente de dignidad equivocó su sentido del amor.

Perdona lector el fruto de la franqueza;

de los que habitan en mí.

Sin embargo trato de saborear la paz.

Concluyo: Sé que Dios resurgirá en mí;

me dará la salvación.

Sólo Él.
 
 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario