sábado, 8 de junio de 2013

Mi nombre

 
 
Dejé caer mi nombre
en recóndito lugar,
no era sombra de mi sombra.
Gravité ceniza  fina
al viento azul, delgado
transformándola en sílice.
Dulce despertar de mi palabra
adherida a la piel de tus mejillas.
Sol de primavera comienza,
entrecierra tus ojos y mi palabra
te provoca sordera infinita.
Considero la vida, inútil,
así lo es,
no perdono omisiones.
Alguien se entrega pusilánime,
carece de precio mi nombre.
Palmaria injusticia.
Todo se vuelve soledad.
En silencio…
caído mi nombre.
Existo,
asumo mi ceguera,
de no ver realmente la vida.
Siento el sonido en mi garganta,
eco que guarda la palabra,
volverá el recuerdo de sombras
que dejé caer.
Caen brazos de
hombres cansados de luchar,
a la mitad del día.
Esperan oscuridad… la noche,
para no ver la sombra de su nombre.
 


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